Del cáncer de útero a Spiralritmo: mi viaje hacia el amor propio y la sanación
Cada mañana, al abrir los ojos, recuerdo vívidamente mi paso por la vida y cómo ha moldeado el rumbo de mi vida. Para mí, cada día es una oportunidad para reflexionar, recordar y honrar la conciencia sobre el cáncer .
Un Comienzo Impensado
Con La brisa de octubre, mientras las hojas caen y el aire fresco del otoño me acaricia el rostro, mi pasado resurge con fuerza. Es como si la brisa llevara mis recuerdos a un tango melancólico, recordándome lo lejos que he llegado. Octubre es para mí un mes de reflexión, una ocasión para honrar la Concientización sobre el Cáncer mientras celebro otro año alrededor del sol, sobreviviendo a una montaña rusa llamada Cáncer de Útero.
Imagina este escenario: tenía 44 años, y de repente, como si el universo decidiera jugar a los dados con mi vida, escucho esas palabras: «Tienes cáncer de útero». Golpearon mi alma como un piano desafinado, y recuerdo vívidamente aquel día en el que pensé: «¿Cómo y por qué?». Cuatro palabras poderosas que cambiaron mi realidad para siempre. Mi nuevo camino estaba lleno de incógnitas. Sentía como si me hubieran entregado un mapa a un territorio desconocido, con un «X» marcando una realidad desconcertante.
Una Lucha Compartida
En medio de mi lucha contra el cáncer, sentí la presencia de mi madre, que había perdido su propia batalla contra esta enfermedad hace apenas un año y dos meses. Susurros invisibles de aliento parecían rodearme mientras lloraba por la incertidumbre y temía un destino similar al suyo. La conexión con su espíritu me inspiró a enfrentar mis miedos con valentía.
Durante semanas, las nubes grises del miedo y la incertidumbre se cernieron sobre mí. Pensé que quizás estaba destinada a seguir sus pasos, a enfrentar el mismo destino que ella. Con 44 años, el cruel espectro de morir joven parecía burlarse de mí. Pero aquí estaba, en un país que no era el mío, rodeada de un idioma que a veces parecía extraterrestre. Me dije: «¡Detente! Eres más fuerte de lo que piensas».
Mi madre, desde el más allá, parecía sostenerme en sus brazos invisibles, recordándome que mi historia podía ser diferente. Me sumergí en mi viaje, decidida a tomar el timón de mi propia vida. Y sí, al principio era como estar en medio de una tormenta con solo un paraguas para protegerme, pero era MI paraguas y estaba dispuesta a hacerlo funcionar.
Noches de incertidumbre dieron paso al 9 de agosto, el día de la cirugía para extirpar el tejido maligno y comenzar el proceso de reconstrucción. La noticia después de la cirugía fue un bálsamo para el alma: todas las células cancerosas habían sido erradicadas.
Sin necesidad de radiación ni quimioterapia, mi travesía inmediata contra el cáncer había llegado a su fin. Las lágrimas de alegría que derramé en ese momento se convirtieron en tesoros de gratitud y esperanza.
Después de la recuperación, mi mundo parecía haber sufrido una metamorfosis. Ya no podía tolerar las partes negativas que antes callaba o justificaba. Una sensación de desconexión me invadió, como si hubiera perdido el guion de mi propia vida. Así que, con valentía y una dosis de determinación, emprendí un viaje de autodescubrimiento.
22 años en España, lejos de mi pais natal, habían nutrido mi espíritu de lucha. Sin familia en este país, empecé a reinventarme. Años antes de mi diagnóstico, ya era una monitora de actividad física apasionada.
Abrí mi propio centro deportivo en 2017, un testimonio de mi espíritu inquebrantable.
Creando Mi Propio Ritmo
Después de mi operación, un nuevo capítulo de mi vida comenzó a tomar forma. Inspirada por mi pasión por el movimiento y la sanación, inventé Spiralritmo.
Imagina una fusión de asanas de yoga dinámicas, ráfagas de cardio-danza y un acondicionamiento profundo del núcleo. No es solo una práctica de ejercicio, es una forma de vida.
La búsqueda de sanación me llevó a Spiralritmo, una danza interior que inventé y perfeccioné. Pero aquí viene el toque divertido: no, no es el último baile de moda de la tele. ¡Es como una fiesta privada de movimiento! Pero más allá de los pasos, descubrí una conexión profunda conmigo misma. En ese momento, supe que mi madre estaba sonriendo en algún lugar, feliz de que hubiera encontrado una forma de sanar.
Las risas se mezclaban con los movimientos, creando una sinfonía de curación. Incluso aprendí que mi amor por el chocolate era una medicina en sí misma. Y ahí estaba, desplegando mis curvas y mi ritmo, mi corazón lleno de gratitud y una risa que se negaba a rendirse.
Un Viaje hacia el Amor Propio
La sanación interior puede ser desafiante, pero en esa oscuridad encontré mi verdadera esencia. Cada lección aprendida a lo largo del último año contribuyó a la persona en la que me he convertido. Elegí abrazar esta vida, esta maravillosa y audaz aventura. La gratitud por cada experiencia, buena y mala, supera cualquier expectativa.
Risas y Fortaleza
Desde la lucha contra el cáncer hasta el invento de Spiralritmo, mi historia está llena de giros emocionales. Pero aquí estoy, con el corazón rebosante y la mente en calma. He aprendido que en la oscuridad también podemos encontrar la risa, y en la lucha, nuestra verdadera fuerza.
Un Nuevo Comienzo
Mi historia es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, podemos encontrar luz y risas. Desde una luchadora solitaria en un país extranjero hasta una creadora de un método de movimiento revolucionario, mi viaje está lleno de aprendizaje, amor propio y, por supuesto, muchas risas. Del Cáncer de Útero a Spiralritmo, esta es mi historia de transformación, perseverancia y amor.
El crecimiento interior, a veces, se siente como una montaña rusa emocional, pero también es como una comedia absurda. Mirando hacia atrás en el último año, veo cómo cada altibajo me llevó a donde estoy ahora. Elegí enfrentar esta aventura de la vida con una sonrisa, armada con el poder de la risa y la determinación. Si mi madre me enseñó algo, es que la vida es un show que vale la pena disfrutar, incluso en los momentos más oscuros.
